LA HABANA, Cuba (EFE)
La Prensa Web de Panamá
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El 2004 será difícil, con un aumento de los delitos y riesgo de desastres naturales, según la “letra del año” anunciada por un grupo de “babalawos” que recomendaron a los cubanos ser en extremo respetuosos con la ley.
Los creyentes en la religión afrocubana, muy extendida en la isla, esperan cada enero el “oddún” o “letra del año” anunciada por los “babalawos” (sacerdotes de la santería).
El Consejo Cubano de Sacerdotes Mayores de Ifá, la primera organización en dar a conocer su “oddún”, anunció hoy que el año estará bajo el gobierno de Ochún (la Virgen de la Caridad del Cobre en la religión católica), acompañada por Obatalá (la Virgen de las Mercedes).
El signo del año (Ogunda Meji), según los expertos, es un signo de dureza y agresividad, relacionado con la muerte, aunque de acuerdo con la lectura de los “babalawos” aparece esta vez con “Iré” (suerte).
No obstante, la “letra del año” reconoce que el signo “pronostica epidemias y fenómenos naturales, como son por ejemplo: sísmicos, inundaciones, sequías y cuidar del medio ambiente”.
Además, augura un aumento de los delitos y pronostica que “los países que no respeten los límites de las fronteras territoriales, que usurpen los recursos naturales y otros, entrarán en conflictos internacionales”.
Entre los refranes elegidos este año figuran “saber esperar es de sabio” y “la planta cortada y trasplantada vuelve a su tronco original”.
Los “babalawos” recomiendan, entre otras cosas, no usar armas, respetar el derecho ajeno —incluido el gubernamental— y evitar “la falta de respeto individual”.
La “letra” interpretada por el Consejo Cubano de Sacerdotes Mayores de Ifá hace especial hincapié en pedir a los padres “rigor” en la educación de sus hijas para evitar la prostitución.
Recomienda también a las mujeres la “exclusión” de esta práctica y les advierte que deben tener cuidado con las “afecciones ginecológicas” y deben seguir los programas de educación sexual.
Además, los santeros llegan a tal detalle en sus recomendaciones para los creyentes que les sugieren, por ejemplo, que tengan sus papeles en orden si pretenden reparar una vivienda en mal estado.
La lectura de la “letra del año” comenzó a practicarse a finales del siglo XIX en Matanzas, en una zona volcada en la producción de caña y con población mayoritariamente negra.
Desde entonces, es tradición que los “babalawos” más antiguos se reúnan cada uno de enero para interpretar los augurios del año, aunque las diferencias surgidas entre las distintas organizaciones afrocubanas en Cuba ha llevado a la divulgación de distintas interpretaciones en los últimos años.
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