El día 27 de Abril, la comunidad lukumí de Miami celebró su tercer wemilere communal, dedicado a Elegbá. Como se ha dicho ya en otras ocasiones, este toque fue pedido por Oshún en el wemilere que se le dio a Shangó en Diciembre del 2002. En aquel entonces, Oshún dijo que ella y Elegbá se sentarían a observar las acciones de todo aquel que cumpliese cooperara con su pedido.

El día 25, Popy Scioffi, Ikudaisí, Armando García, Shangó Dina y sus om’orishas, y yo llevamos a cabo las correspondientes ceremonias con Egún, Osayín y el sacrificio a Elegbá en preparación para el evento. Elegbá estaba satisfecho. No se hizo itá ya que Elegbá determinó que no sería necesario. Estamos especialmente agradecidos de Barbara Valdéz, Ojúoró, quien donó los animales para el ebó, y de Fabian Hernández, Oyá Geruleó, quien recogió las yerbas para el omieró.

Debo expresar mi mas profundo respeto y agradecimiento para Armando García, Shangó Dina, y su señora Omaidá García, Tinomí. Al igual que en diciembre pasado, sus contribuciones y su religiosidad fueron tremendas. De igual manera, los om’orisha de Shangó Dina, tanto aquellos que viven en Miami como los de New York, California y otras áreas del país. Un reconocimiento especial se le debe a Luis Álvarez por toda su ayuda, y a María “la china” Álvarez, quien aseguró que todo el que acudió al wemilere retornara a su casa con la barriga llena.

Aunque muchos se ofrecieron ayudar e hicieron numerosas promesas, muy pocos en sí demostraron su sincera devoción religiosa y cumplieron con su palabra. Entre estos se encuentra Rita Guerra, Okántomí, quien tomó cargo del evento y lo hizo dar frutos. Su sentido de obligación con su religiosidad y su inflaqueable persistencia lograron que este wemilere se diera. Aunque muchos se ofrecieron ayudar, al final muy pocos dieron el frente. Entre estos están la madre de Okántomí, Xiomara Guerra, Oshún Yemí y Emy Martínez, Obá Yemí, quienes merecen la más fuerte mención ya que sirvieron de apoyo a Okántomí a través de todo el arduó camino.

Otro participante muy especial fue mi om’orisha Pablo Álvarez, Adé Funké. Bajo un diluvio que se deslizó sobre Miami este sabado, él y Okántomí salieron a recoger las yerbas para hacer el trono, y luego ellos, con la ayuda de Raúl Piélago, Arabí, fabricaron el trono de Elegbá. Tambíen valoramos la muy valiosa colaboración de Ezequiel Torres y su grupo Ifé Bí Añá, sus hijos Aruán y Arelán, Angelito “pan de a kilo”, y David Font. Estamos particularmente endeudados con Roberto Berenger, Osha Lerí, Jorge Padrón, Ibú Lerí, Ileana Zambrano, Ewín Letí, Cristina Hernández, Osikán, Jackie Ben, Oshún Funké, Carmen Alfonsín, Ade’kún, Betty Rodríguez, Afolabí, Ester Amores, Ewínbí, Papito Mederos, Shangó Larí, Yoleise Salomon, Rafael Comas, María Sosa, y muchos muchos más por su sincera contribución a este evento.

A pesar de todas las dificultades que se hallaron en el camino y todo el trabajo que estas personas pasaron para que el evento se realizara, la comunidad no apoyó este evento con la misma fuerza que apoyaron los wemileres de Ogún en el 2001 y de Shangó en el 2002. Interesantemente, el orisha que más provee a todos los practicantes de esta religion fue al cual nosotros como comunidad dimos menos. Escasamente 200 personas acudieron al evento. Muchos simplemente pasaron por allí para satisfacer su curiosidad y/o sentido de obligación social—que no se confunda la obligación social con obligación religiosa—ya que habían dos wemileres más llevandose a cabo en la ciudad el mismo día. ¡Los “domingueros” salieron a dar sus paseos costumarios!

En general, tenemos que decir que Elegbá quedó complacido. Cuando se le dio obí antes del comienzo del oro igbodú, contesto con un firme Alafia. Peró tomó mucho tiempo para que Elegbá llegara. Y cuando finalmente vino, era notable su caracter juguetón, por momentos pareciendo estar hasta distraído. Aunque dijo estar satisfecho, conociendo la naturaleza de este orisha me lleva a preguntar si Elegbá estaba verdaderamente satisfecho o no, ya que él es el unico que sabe la verdad. De todos modos, sean cuales sean los resulatdos de este evento, una cosa es innegable: los orishas lo pidieron y nosotros—aunque haya sido un grupo pequeño—cumplimos. Eso, en lo que a mi me concierne, es la más importante de las posibles consecuencías. Todo lo demás es inconsecuente. Que sean los orishas quienes jusguen.

Aunque fuimos visitados por Oshún, Yemojá y Obatalá, solo dos orishas trajeron mensajes para la comunidad: Ogún y Elegbá.

Consejos de Ogún:

Ogún dijo que después del arayé viene el iré. Aunque estamos atravesando un periodo dificil ahora, hay buenas esperanzas en el horizonte que nos indican que el iré está de camino. No obstante, estamos viviendo una epoca dificil y tenemos que aplicarnos los consejos de Oshé Irosún, “Si agua no cae, maíz no crece.” Para recibir el iré, tenemos que trabajar y ganarnolos. Para recoger las cocechas, primero tenemos que sembrar las semillas. Toda reacción resulta de una acción anterior.

Tenemos que cultivar con nuestras cabezas y nuestro buen comportamiento, no con malicia y censura. Si nos comportamos teniendo estos mandates en mente, encontraremos lo que buscamos. De lo contrario, si actuamos con malicia, recibiremos el castigo apropiado.

Ogún hizo un especial hincpie a cerca de las mujeres y las madres. Cada uno debe tomar un cuidado mejor de su madre. Él habló de la matriz y del canal del nacimiento a través de los cuales tenemos todos que descender. Las mujeres necesitan ofrecer ebó y tomar cuidado de su sistema reproductivo. Puede haber un aumento notable en el número de casos de mujeres con problemas con sus sistemas reproductivos. Ogún también enfatizó se le diera atención especial a los niños y a su cuidado.

Yemojá y Olokún son dos orishas con los cuales debemos cumplir constantemente. Los que necesitan recibir Olokún deben hacerlo y los que tengan deudas con este orisha deben pagarlas. Ofrezcan frutas frescas a Yemojá para rogar para el bienestar y la páz—algo ya indicado por Shangó en diciembre. Anunció que iban a surgir fenómenos oceánicos y tormentas en alta mar que afectarían a la tierra. También anunció un incremento en el número de perdidas de embarazos y de niños.

Ogún expresó su agradecimiento por el wemilere y la colaboración de todo los que hicieron el acontecimiento posible. Él cerró diciendo que Olorún nos medirá a todos con la misma bara con la cual nosotros hemos medido. Es decir, Olorún nos dará tanto como nosotros contribuyamos y nos ganemos.

Consejos de Elegbá:

Elegbá se manifesto extremadamente juguetón este día. Él agradeció a cada uno que cooperó con una donación y/o colaboró para darle el wemilere. Él prometió compensar a cada uno según sus contribuciones para el acontecimiento. Acentuó que la gente moderna, y especialmente los Olorishas, están muy desorientados y que su enfoque no está donde tiene que estar. Necesitamos dar más atención a los orishas y a nuestra religiosidad.

Elegbá enfatizó que tenemos que apaciguar a Eshú y hacerle ofrendas. Además, él dijo que se le dé importancia especial a los Ibejí para superar cualquier obstáculo que encontremos en nuestras trayectorias. Según el consejo de Elegbá, los Olorishas tienden a ignorar a los Ibejí, y necesitamos tomarlos en consideración más a menudo. Finalmente, Elegbá pidió que cada uno hiciera sarayeyé—limpieza—con un gallo al pie de Ogún.

On the 27th of April, Miami’s Lukumí community celebrated its third community wemilere, dedicated to Elegbá. As has been said on previous occasions, Oshún requested this event during the wemilere that we celebrated for Shangó in December of 2002. At said time, Oshún said that she and Elegbá would sit back and observe the actions of all those who would comply and cooperate with her request.

On the 25th, Popy Scioffi, Ikudaisí, Armando García, Shangó Dina and his om’orishas, and I performed the Egún, Osayín and sacrifices for Elegbá in preparation for the event. Elegbá was pleased. Itá was not made because Elegbá determined that this was not necessary at this time. Special thanks to Barbara Valdéz, Ojúoró, who donated the animals for the ebó and Fabian Hernández, Oyá Geruleó, who gathered the herbs for the omieró.

I must express my most profound respect and appreciation for Armando García, Shangó Dina, and his wife Omaidá García, Tinomí. As in December, their contribution and religiosity was tremendous. Likewise, Shangó Dina’s om’orisha, those that live in Miami as well as the ones from New York, California and other areas of the country. A special acknowledgment is owed to Luis Álvarez, and to María “la china” Álvarez, who made sure that everyone went home with a full stomach.

Though many volunteered to help and made numerous promises, few demonstrated their sincere religious devotion and actually kept their word. Among these was Rita Guerra, Okántomí, who took charge of the event and brought it to fruition. Her sense of obligation to her religiosity and her unwavering persistence made this wemilere a reality. Although many offered to help, in the end very few came forward. Among those, her mother Xiomara Guerra, Oshún Yemí and Emy Martínez, Obá Yemí, deserve the strongest mention as they supported Okántomí every step of the way.

Another very special participant was my om’orisha Pablo Álvarez, Adé Funké. Under a torrent of rain, he and Okántomí set out on Saturday to gather the herbs to make Elegbá’s throne, and then also installed the throne. We also appreciate the priceless collaboration from Ezequiel Torres and his group Ifé Bí Añá, his sons Aruán and Arelán, Angelito “pan de a kilo”, and David Font. We are especially indebted to Jorge Padrón, Ibú Lerí, Ileana Zambrano, Ewín Letí, Raúl Piélago, Arabí, Cristina Hernández, Osikán, Jackie Ben, Oshún Funké, Carmen Alfonsín, Ade’kún, Betty Rodríguez, Afolabí, Ester Amores, Ewínbí, Papito Mederos, Shangó Larí, Yoleise Salomon, Rafael Comas, María Sosa, and many, many others for their heartfelt contributions to this event.

Nonetheless, in spite of the hardships they faced and all the work these people put into making the event a reality, the community was not as supportive as it was for the wemileres for Ogún in 2001 and Shangó in 2002. Interestingly, the orisha that provides the most for everyone in this religion was the one to whom we as a community gave the least. Scarcely 200 people turned out for the event. Many were just passers-by, coming to fulfill their curiosity or sense of social obligation—most definitely not to be equated with religious commitment—as there were two other wemileres going on in the city on the same day. The wemilere groupies went on their usual Sunday afternoon rounds!

In most respects, Elegbá was pleased. When obí was cast at the onset of the oro igbodú, he replied with a firm Alafia. But it took a very long time for Elegbá to join us. And when he did, he was awfully playful, even distracted at times. Though he claimed to be satisfied, knowing the nature of this orisha makes me wonder whether Elegbá was truly pleased or not, as he is the only one that knows for certain. Albeit, whatever results from this event, one thing is undeniable: the orishas requested it and we—even if only a small group—complied. That, as far as I am concerned, is the most important consequence. All else is inconsequential. Let the orishas be the ones to judge.

Though Oshún, Yemojá and Obatalá joined us, only two orishas brought messages for the community: Ogún and Elegbá.

Ogún’s guidance:

Ogún said that after arayé reigns, iré follows. Though we are going through a difficult period and processes now, there are good signs in the horizons that much needed progress is on its way. Nonetheless, we are living in hard times and we need to apply the advice of Oshé Irosún, “If rain does not fall, the corn will not grow.” In order to receive the blessings, we must work for them. In order to reap the harvest, we must first plant the seeds. Every reaction results from an anterior action.

We must cultivate with our hearts and good behavior, not with malice and censure. If we behave with these maxims in mind, we will obtain what we seek. On the other hand, if we act maliciously, we will receive due punishment.

Ogún placed special emphasis on women and mothers. Everyone should take better care of his or her mother. He spoke of the womb and the birth canal through which we must all descend. Women need to offer ebó and take care of their reproductive system. In addition, special attention must be given to the children and their care.

Yemojá and Olokún are two orishas that we must pay constant homage to. Those who need to receive Olokún or pay debts to this orisha should do so. Offer fresh fruits to Yemojá—something that was already stated by Shangó in December. Ogún announced that this year we may see strange oceanic phenomena and storms that cause considerable damage. He also announced that there would be many inexplicable miscarriages and the loss of children.

Ogún expressed his appreciation for the wemilere and the collaboration of all those who made the event possible. He closed by saying that Olorún would measure us all with the same meter that we use to measure others. In other words, Olorún will give us as much as we put in and deserve.

Elegbá’s guidance:

Elegbá was intriguingly playful this day. He thanked everyone who cooperated with a donation and/or collaborated to give him the wemilere. He promised to compensate everyone according to his or her contributions to the event. He emphasized that people today, and especially Olorishas, are too disoriented and that their focus is not where it has to be. We need to give more attention to the orishas and to our religiosity.

Elegbá stressed that we had to appease Eshú and make offerings to him. In addition, he said that we should give special importance to Ibejí to overcome any obstacles that get in our paths. According to Elegbá’s advice, Olorishas tend to ignore Ibejí, and we need to take them into consideration more often. Finally, Elegbá asked everyone to make sarayeyé—a cleansing—with a rooster at the foot of Ogún.

O Estado de Sao Paulo
Biaggio Talento

Salvador – O bispo Sérgio Santos Corrêa e os pastores Gilberto Muniz Pereira e Marco Aurélio Mendonça da Trindade todos da Igreja Universal do Reino de Deus foram denunciados à Justiça da Bahia por discriminação religiosa pelo promotor de Justiça e Cidadania do Ministério Público Estadual Lidivaldo Brito.

É a primeira vez que membros da Igreja são denunciados à Justiça por esse motivo no Estado. Os acusados realizaram vários ataques ao Candomblé no programa “Ponto de Luz”, exibido pela TV Itapoan (Record) de Salvador. Pelo mesmo motivo, Brito informou que pretende se aliar a Procuradoria da República para requerer em conjunto a apreensão do livro “Orixás, Guias e Caboclos” de autoria do chefe supremo da IURD, Edir Macedo.

A principal peça de acusação do promotor é a edição programa “Ponto de Luz” do dia 9 de janeiro em que os evangélicos apresentam uma suposta ex-mãe-de-santo que afirma ter feito um “trabalho” de macumba para matar um desafeto e este, conforme a mulher, teria morrido.

No programa várias pessoas participam se dizendo arrependidas por algum dia ter professado a religião afro e garantem que ela é associada ao diabo. Além do “Ponto de Luz”, Brito também tomou o depoimento de vários praticantes do Candomblé que tiveram terreiros atacados por evangélicos e acusam a campanha da Igreja Universal de incitar esses atos.

Numa outra frente, o promotor requisitou ao Juizado de Direito da Vara da Infância a suspensão do “Ponto de Luz”, alegando que o programa é exibido num horário muito cedo (a partir das 13 horas) apesar de conter cenas fortes, de exorcismo e ataques às religões afro. “O programa não foi submetido a análise de classificação de faixa etária pelo Ministério da Justiça”, informou Brito.

Caso sejam condenados pela Justiça os pastores podem pegar penas que variam de 2 a 5 anos de prisão. “A liberdade de culto está assegurada pela Constituição e a religião afro-brasileira é protegida pela Constituição Estadual”, disse, lembrando que se o Candomblé não fosse importante para a sociedade, terreiros como o da Casa Branca, o Ilê Axé Opô Afonja e o do Gantois não seriam tombados pelo Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (IPHAN).

Conforme Brito, o crime dos pastores é agravado pelo fato deles terem veiculado suas ofensas num meio de comunicação poderoso como a televisão.

v

© 2010 Eleda.org Web design and development by Tami Jo Urban Suffusion WordPress theme by Sayontan Sinha