LA HABANA,
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A tenor de la Letra del año 2004 y considerando que la Comisión Organizadora de la Letra del Año Miguel Febles Padrón no realizará su conferencia de prensa para dar a conocer oficialmente sus pronósticos hasta el próximo 6 de enero, se impuso buscar la interpretación “no oficial” de la misma por voz de un Sacerdote de Ifá capacitado, que como es lógico solicitó el anonimato, más por disciplina que por temor.
La Comisión excluye de sus análisis todo lo relacionado con la política, para evitar compromisos que puedan perjudicarla. Y la realidad es que hay otra Cuba, la peninsular (y muchísimos de la insular también) que busca en los pronósticos una señal que aliente la fe en que los cambios están próximos.
Como ya se ha divulgado, la Comisión sacó la Letra Babá Eyiogbe, conocida entre los estudiosos de Ifá como el Padre de la Doble Salvación. Desde 1986 (año en que la Comisión rescató las ceremonias de la Apertura del Año y la determinación de la Letra que lo regiría) a la fecha esa Letra ya ha salido cuatro veces, y no por gusto.
“Babá Eyiogbe es el mayor signo de Ifá”, comenzó a explicar el referido Babalawo. “Es muy grande, pero muy difícil. Aún viniendo iré, como es ahora el caso, anuncia penalidades, sufrimientos, lágrimas y padecimientos”.
“Eyiogbe se hizo el mayor traicionando a Oragún, que era al que le correspondía el reinado sobre los meyis; este año habrá mucha traición, en todo tipo de cosas”, sentenció. “Son dos líneas paralelas que jamás se unen, lo que anuncia separación de familias, divorcios, enemistades. Uno de sus refranes dice: ‘Dos amigos inseparables se separan'”.
“También marca caída de mayores. Muchos morirán este año, tanto en la vida religiosa como en la profana. Mira, mucha gente quiere saber si entre esos mayores está nuestro gobernante. Decir sí categóricamente puede resultar arriesgado, pero la Letra está ahí, habla de caída de mayores. Pero otro refrán del signo dice: ‘Rey muerto, Rey puesto’, por lo que sí ocurriera habrá una sucesión, pero que no cumplirá las expectativas de los que la desean”.
No obstante, Eyiogbe es un signo que indica cambios. Reinó en 1989, cuando el mundo presenció la caída del Muro de Berlín y del comunismo. Volvió en 1995, cuando el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, el fin de Concilio Cubano y la firma de la Helms- Burton. Y más recientemente se manifestó en 1998, cuando la visita del Papa y el mejoramiento relativo de las condiciones del pueblo cubano después de años de terrible crisis económica del Período Especial. ¿Cuáles serán los cambios para este nuevo reinado?
“Este año también habrá guerras, enfrentamientos, represión. Claro, viene iré omá, un bien de inteligencia, sólo con ella uno se salvará. Por este signo Orula dice a los Babalawos que están ciegos, que no ven lo que realmente pasa a su alrededor. También advierte sobre la comercialización de la religión. Los Babalawos están llamados a salvar a la Humanidad, y muchos lo que quieren es que la Humanidad los salve a ellos, cobrando más y haciendo cosas que no hay que hacer. Y Orula castiga duro esas faltas”.
En cuanto a la salud, los pronósticos también son fuertes. “Eyiogbe habla ante todo de la cabeza. Un refrán dice: ‘La Cabeza lleva al Cuerpo’. Pero para eso hay que ser inteligente. Se van a incrementar las enfermedades neurológicas. También habla de la columna vertebral y sus afecciones. Por este signo va a haber un incremento de la tuberculosis y de enfermedades pulmonares. Hay que dejar o disminuir el consumo del cigarrillo. Se incrementarán los vicios, las drogas y la prostitución”.
“El clima va a seguir malo”, señaló. “Eyiogbe pronostica sequías y malas cosechas con escasez para la población, y para colmo ciclones que pueden provocar hasta ras de mar. Es muy importante que nos defienda Olokun, ya que la salvación viene por el mar. Hay que mejorar la marina mercante y ampliar el comercio. La emigración, que debe ser ordenada, se incrementará”.
Ante tal desvastador panorama, Orula brinda la salvación en la inteligencia. Este es un año en que reina la cabeza, los que sean inteligentes brillarán, y los que no la perderán. No obstante, esperemos los pronósticos “oficiales” de la Comisión, como un regalo del Día de Reyes a un pueblo que necesita de salvación.
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